Algunos días, sabes que te enfrentarás a una mala racha antes de siquiera salir de la cama. Puede ser una reunión laboral que se aproxima en tu cronograma y te mantiene ansioso. Quizás, la tensión con un colega hace que temas cruzarte con esa persona en la oficina. O si eres como la mayoría de nosotros, tu lista de tareas en el trabajo está al borde de convertirse en algo abrumador.

Todo el mundo tiene momentos estresantes en la vida. Sin embargo, aprender a mantener los factores estresantes y los problemas en perspectiva te ayudará a manejar estas situaciones a medida que surjan. Manejar las habilidades para la vida de mejor manera y practicar un poco el cuidado personal te permitirán reducir ese estrés uno o dos niveles.

Hay muchas razones por las cuales alguien puede sentirse estresado con respecto a su trabajo. Uno puede estar preocupado por ser despedido o sentirse presionado a trabajar más horas extras de las que quisiera. A veces, las expectativas en el trabajo pueden ser elevadas y los empleados pueden preocuparse por no estar a la altura. Otras personas pueden estar lidiando con cargas de trabajo cada vez más grandes.

Entre los indicios de que el estrés te está pasando factura, desde el punto de vista físico y mental, se incluyen la pérdida de interés en el trabajo, la irritabilidad en dentro y fuera de casa, los problemas de concentración, la falta de confianza en sí mismo y los problemas para dormir.

No obstante, existen algunas formas sencillas de volver al camino correcto. Aquí, se muestran algunos consejos para ayudarte a manejar el estrés relacionado con el trabajo como un profesional.

Forjar relaciones positivas en el trabajo

Cuando las cosas se vuelven estresantes en el trabajo, es bueno poder contar con colegas que te apoyen. Pero primero, tienes que asegurarte de haber creado esa red de apoyo de manera que esté allí cuando la necesites. Esto significa involucrarse con compañeros de trabajo más a menudo. Si normalmente eres callado en la oficina, empieza con conversaciones informales mientras rellenas las tazas de café o pasas por la oficina de alguien. Pregúntale cómo va su día o si tiene planes para el fin de semana.

Además, no tengas miedo de compartir algo personal o significativo con algunos compañeros de trabajo selectos. Establecer algunas conexiones profundas puede ser de utilidad durante los momentos de estrés laboral, porque tendrás un círculo pequeño de compañeros de trabajo que pueden apoyarte, brindarte consejos o simplemente reírse contigo cuando más lo necesites.

Prioriza y organiza tus objetivos

Tener un plan al que apegarse te hará sentir más estable, especialmente en momentos en los que tu vida laboral se vea desestabilizada. Si empiezas a sentirte abrumado, una buena idea es hacer una lista de tus metas y, luego, escribir los objetivos para cada una. Concéntrate en lo que puedes controlar:

• Establece plazos y cúmplelos.
• Haz una lista de tareas.
• Si tienes muchas tareas, divídelas en tareas para la mañana y para la tarde a fin de que se vean más manejables.
• Tacha los elementos de la lista a medida que los termines, ya que esto permitirá que nada quede pendiente.

Evita un cronograma de trabajo irregular

En momentos de estrés en el trabajo, es habitual que nuestras horas laborales aumenten o se vuelvan irregulares. Es probable que debas trabajar hasta tarde para terminar un proyecto o cumplir con una entrega una noche, luego, dormir unas cuantas horas antes de ir a la oficina, muy temprano en la mañana siguiente, para tratar de obtener una ventaja en otro trabajo que se está acumulando. Allí es cuando debes tomar el control y establecer algunas reglas estrictas propias. Intenta crear un cronograma de trabajo consistente: entrar al trabajo y salir más o menos a la misma hora todos los días. Haz la menor cantidad de cambios posibles a tu cronograma de trabajo. Los cambios aleatorios pueden hacer que te sientas más estresado y que el equilibrio entre la vida laboral y personal quede en un limbo.

Prioriza el bienestar en el lugar de trabajo

Un lugar de trabajo saludable es uno que enfatiza el bienestar del empleado. Esto recobra importancia en los momentos de estrés. Cuando las personas son ansiosas o se sienten abrumadas, a veces se pueden producir enfermedades físicas a causa de esto. El mayor interés de los empleadores y gerentes es hacer lo que pueden para mantener a sus empleados saludables. Estas son algunas maneras en que puedes apoyar el bienestar en el lugar de trabajo:

• Aprovecha la membresía del gimnasio con descuento que te da la compañía.
• Tómate recesos, e incluso, da un paseo fuera si el tiempo lo permite.
• Crea una zona de descanso en el lugar de trabajo, un espacio en el que tú y otros puedan relajarse o meditar para tomarse un descanso mental.
• Mantén el lugar de trabajo abastecido con refrigerios prácticos. En momentos de estrés, algunas personas, por naturaleza, buscan comidas que contengan grasas o azúcares. Coopera con frutas frescas, nueces o refrigerios como Slim Popcorn de BodyKey™ o Refrigerios de proteína Zesty BodyKey™. Disponer de refrigerios prácticos y sabrosos es una forma de ayudar a los demás y demostrar que te importan.

Aprende las diferencias entre el estrés bueno y el estrés malo

El estrés no siempre es necesariamente malo; por esto, es importante que sepas si estás sintiendo estrés bueno o malo, y así puedes averiguar cómo resolver el problema. El estrés bueno puede ser un motivador. Plazos ajustados, pruebas, incluso momentos en los que tienes que hablar frente a una multitud pueden causar estrés, pero del tipo que puede estimularte a hacerlo bien.

El estrés malo puede hacer que te quedes atascado en tus emociones. Puede hacerte sentir enfermo y dañar tu salud. Cuando identificas el tipo de estrés que causa un problema en particular, puedes averiguar si debes dejar que la emoción te motive para llegar a la línea de meta o si necesitas usar tus habilidades para la vida a fin de bajar el estrés a un nivel manejable.

No tengas miedo de decirle a otra persona que estás lidiando con el estrés

Una forma de obtener ayuda en momentos de estrés es comentarle a un compañero de trabajo o un gerente cómo te sientes. Es probable que estén en una posición única para ayudarte a resolver el problema. Antes de hacerlo, necesitas comprender la fuente del estrés y considerar cuál deseas que sea el resultado. ¿Necesitas ayuda para averiguar cómo manejar a un cliente o un proyecto específicos? ¿O necesitas ampliar tus habilidades de manera que puedas manejar mejor una asignación en particular? Una vez que tengas la solución en mente, coméntale a un colega con lo que estás lidiando y pídele ayuda para poder alcanzar tu meta.

Sin embargo, querrás andar con cautela cuando hablas con tus compañeros de trabajo. Ten en cuenta las palabras que eliges, asegúrate de evitar culpar a otras personas por la situación en la que te encuentras. Quizás, sea fácil enojarte con otro empleado o con tu jefe por el trabajo que dejaron en tu escritorio, pero eso no es productivo y decirle a otra persona podría causar problemas con compañeros de trabajo en el futuro. Formula expresiones de manera que sean relacionarlas solo contigo.

En la vida, vas a pasar por momentos que tengan situaciones estresantes. Es importante que uses tus habilidades de vida para ayudarte a identificar si es un tipo de estrés motivador, o uno que necesitas manejar buscando una solución y el apoyo de otros para resolver.